El 7 de enero de 2020, el mundo del rock sufrió una pérdida irreparable: el fallecimiento de Neil Peart, baterista y letrista de Rush, una de las bandas más influyentes del rock progresivo. Con solo 67 años, Peart dejó un legado único, fruto de su genialidad musical, su virtuosismo técnico y su capacidad para componer letras profundas y filosóficas.
Peart murió tras luchar contra un cáncer cerebral, específicamente glioblastoma, una enfermedad que enfrentó en silencio junto a su familia. Su retiro de los escenarios en 2015, tras la gira R40, había marcado el fin de una era para Rush, pero no para su legado, que continúa vigente.
Aclamado como uno de los mejores bateristas de todos los tiempos, Neil Peart redefinió el rol de este instrumento en la música rock. Su estilo, caracterizado por un uso complejo de patrones rítmicos y una técnica impecable, quedó inmortalizado en canciones como Tom Sawyer, La Villa Strangiato y Spirit of Radio. Su creatividad también se extendió a la construcción de su kit de batería, que siempre desafiaba las normas tradicionales.
Como letrista de Rush, Peart exploró temas poco comunes en el rock, como la ciencia ficción, la filosofía, la libertad individual y los misterios del universo. Letras como las de 2112 o Closer to the Heart reflejan su visión del mundo y su pasión por la literatura.
El impacto de Neil Peart no se limita a su música. Fue una inspiración para generaciones de bateristas y músicos que vieron en él un ejemplo de dedicación, innovación y profundidad artística.
Hoy, a 4 años de su partida, Neil Peart sigue vivo en cada acorde de Rush y en el corazón de sus seguidores.